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30 ideas para hacer con niños en el huerto

30 Ideas para hacer con niños en el huerto Pasa la risa

Descubre con nosotros estas ideas para hacer con niños en el huerto y aprender el arte de plantar y cultivar.

Desde muy peques, todo hemos hecho crecer judías y lentejas, rodeándolo de un esponjoso algodón y arropándolo con una robusta sábana en forma de envase de yogur. Hemos visto los frutos de nuestro trabajo y nos hemos hermanado con la naturaleza tras este taller.

Esta asignatura, aprobada en nuestra generación, ha ido desapareciendo con la entrada del nuevo siglo. Con los nuevos formatos de educación, la tecnología y los cambios sociales del nuevo milenio se han marcado ya unas líneas para recuperar esta temática. ¿Qué os parece ayudar a recuperar esta bonita actividad?

Un nuevo huerto moderno: agro hispters

La figura de los hipster ha llegado para quedarse es un hecho que nadie discutirá nunca. Que seguirá siendo una aventura explicarle a mi abuela “qué eeeh lo que’s eso” tampoco creo que vaya a cambiar.

Las modas han ido y venido durante nuestra historia biológica. El ser humano puso de moda plantar en casa, en vez de cansarse desplazándose a recolectar. Fue a la guerra en vez de encontrar la paz y el consenso. Y cambió la ambición por la humildad. Poner de moda cosas esta en nuestro código genético y nuestra forma de ser.

Y ahora como todas las modas, volvemos a ponernos manos a la obra con algo tan milenario como es la agricultura.

De pequeño me crié en un pueblo, disfrutando de eso que los cosmopolitas echan de menos: aire fresco, paz y verde, bastante verde por todos lados. Allí las modas, como todo en los pueblos, se simplificaban con “todas las ovejas al mismo redil”, pues todos teníamos que ser rectos y estar en la misma sintonía.

Allí las otras culturas urbanas no tenían mucha relevancia. Allí solo se hacían cosas de pueblos. Graneros, cabras, perrerías a las gallinas del vecino… ya me entendéis.  Y solo se tenía contacto con otras modas y culturas cuando se salía de excursión a visitar los pueblos más grandes de la zona o aparecía un nuevo foráneo a vivir con un estilo concreto de pensar.

La realidad choca contra todo esto. El mundo necesita volver a lo de siempre, tener un huerto urbano en el jardín y autoabastecerse. Los supermercados, las cadenas de distribución y demás personajes macroeconómicos se han dado de bruces con pandemias, problemas ambientales y guerras que han hecho trizas el abastecimiento global de alimentos. Alimentos que antes teníamos en el jardín y que quitamos para tener un placentero reducto con piscina.

«Me confieso: soy agro hispter» – Hace ya la torera de 10 años que planto y me instruyo en la agricultura y horticultura ecológica. Me confieso: debo de ser eso que llaman agro hispter. Contra todo pronóstico, he conseguido esa paz que te da el saber lo que haces, y he logrado sentirme bien cuidando de tomates y lechugas, y transmitiendo ese conocimiento a los más pequeños en talleres y campamentos y en redes (que moderno soy 😉 ).

Ahora en los últimos años, sin las modas, no sería posible llegar a ver y devolver a la vida esta actividad que ya nadie quiere ni ver en los pueblos.  Gracias a modas y etiquetas como las de los agro hipsters era más posible que nunca encontrar huertos urbanos en solares, coles y balcones.  Familias enteras dedican su tiempo de fin de semana a mantener su sustento alimentario. Comunidades de vecinos adaptando sus entornos para hacerlos más verdes y productivos. Empresas hoteleras plantando frutales en sus terrazas para mejorar el ambiente y producir el desayuno de sus clientes. Y junto a ellos, personas que redescubren la naturaleza y aprenden a cuidar el medio ambiente: niños que aprenden a cultivar la tierra.

La agricultura ecológica ha llegado para quedarse y gran parte de este éxito ha sido llevado a cabo por las gentes de las culturas que hoy bañan las calles de las ciudades.

Qué es un huerto urbano

Los huertos urbanos son espacios al aire libre o de interior destinados al cultivo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, plantas aromáticas o hierbas medicinales, entre otras variedades, a escala doméstica. 

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Esta práctica se da en el centro o en la periferia de las ciudades, al igual que otros ejemplos de agricultura urbana y periurbana (AUP) como la acuicultura, la ganadería y la silvicultura que proporcionan pescado, carne, lácteos y madera a la comunidad.

Historia de los huertos urbanos

Las primeras referencias de huertos urbanos son de la segunda mitad del siglo XIX. Se trata de una época llena de cambios donde el éxodo rural y la revolución industrial van de la mano, pero también la pobreza y los cambios sociales.

Debido a este crecimiento poblacional y la situación de la población, iglesia y gobierno, ceden espacios a los ciudadanos para que puedan cultivar sus alimentos y así aliviar de cierta manera su situación económica.

Éstos primeros terrenos cedidos para el cultivo recibían el nombre de “huertos de los pobres”.

En EEUU, Reino Unido y Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, debido a la situación de la población, se comienza a cultivar en los espacios abiertos o abandonados de la ciudad, campos de fútbol o parques y jardines.

De estos espacios, ahora transformados en huertos, la población basaba un 40% de su alimentación en los productos obtenidos en los huertos.

Estos, pasan a denominarse “Victory gardens” o “War gardens” y se convierten en  indispensables durante los periodos de las dos grandes guerras ya que muchos países no se podían permitir depender de las importaciones, asegurándose así conseguir el alimento.

En los años 60 resurgen con fuerza debido, ya no por la necesidad de alimento, sino a los movimientos ecologistas y una forma de respuesta al sistema. Buscan una autogestión, una integración social de grupos sociales excluidos y desarrollo de comunidades.

En la actualidad, cada vez más personas participan en un huerto urbano o tienen su huerta en casa y su concepto se ha hecho muy amplio, considerándose también: espacios verdes, sostenibles y de ocio.

El porqué de tener un huerto urbano

Los huerto urbanos crean puntos verdes en medio del color gris de las ciudades, y su expansión por este entorno esta cambiando la percepción de lo que los núcleos urbanos modernos necesitan para sobrevivir, ser sanos y útiles.

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Muchas entidades sociales y organizaciones gubernamentales han destinado millones de euros para mejorar y sensibilizar la percepción ciudadana de la horticultura y agricultura ecológica como una actividad sana y educativa. ¡Y no íbamos a ser menos!

Según la FAO (los de agricultura y alimentación de la ONU), los huertos, y su actividad, ya sea en el cole o en casa, son una plataforma de aprendizaje muy útil para mejorar la educación y la nutrición infantil, fomentando, a la vez, la conservación del medio ambiente y el bienestar social, físico y mental en la comunidad. Vamos que ¿porqué no practicamos el huerting a diario en vez de hacer deporte?

Beneficios y más beneficios de los huertos urbanos

Bromas aparte, a todos los beneficios que la FAO ya ha mencionado, debemos añadir unos cuantos más:

La visión desde el medio ambiente: Ciudades verdes

Recuperación de la biodiversidad

Muy poco se habla y tan importante es recordar que las ciudades deberían dejar de ser entornos estériles. Aparte de los elementos ornamentales tan bien colocados en las aceras y las plagas de ratas, palomas y demás insectos, nada hay en una ciudad muy natural. ¿Choca verdad?

Menos mal que los huertos urbanos están haciendo un trabajo genial para mejorar el diagnóstico de las ciudades.

  • Mejoran la diversidad pues en un huerto se plantan tantas variedades de plantas que puedes llegar a pensar que es una selva.
  • Atrae a insectos beneficiosos para mantener tu huerto sano, y las plagas a raya.
  • Crea corredores verdes dentro de nuestras ciudades, por los que circulan multitud de especies de animales: pájaros, ratones de campo o erizos.
  • Crea un banco genético de variedades de plantas adaptadas a nuestro entorno local, mejorando la resiliencia de las variedades alimentarias y por consiguiente la posibilidad de que siempre dispongamos de reservas genéticas sanas.
  • Los huertos urbanos son un centro de educación ambiental cercano.
  • Y la última y aunque repetitiva: Cuida de las abejas. Sin ellas no habrá comida, ya que polinizan muchas de las variedades de plantas que comemos.
Mejora de la calidad del aire y agua

Si hablamos de la ciudad desde el punto de vista de la calidad del aire y el agua. Vivir en una ciudad es como fumarse una cajetilla de cigarros y beber alquitrán. Los huertos urbanos ayudan a mejorar esto, aunque siempre serán los árboles los grandes aliados para ganar esta batalla.

  • Cuanta más planta, mejor calidad del aire. Ellas son las sofisticadas máquinas que tiene la tierra para limpiar los tóxicos del ambiente. Son un filtro natural del aire.
  • Fijan gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero producidas por vehículos de motor y calefacciones en los núcleos de población.
  • Además las masas de plantas son capaz de generar y atraer como un imán al agua. Las plantas liberan microbios y otras micropartículas, lo que permite que el agua se condense y forme nubes. La vegetación almacena agua y aumenta la infiltración y el almacenamiento de agua en el suelo . Con menos escorrentía, se mantiene más agua en nuestras cuencas para la evaporación del suelo, las superficies de las hojas y la transpiración del agua por las plantas. La cobertura de nubes aumenta, aumentando la lluvia y reduciendo las temperaturas. Son un termostato natural.
Cero residuos orgánicos

Gracias a la generación loca de residuos, las ciudades se han convertido en vertederos improvisados de plásticos y desechos. Los huertos urbanos luchan para mejorar la situación que adolecen los suelos enfermos y contaminados de las ciudades.

  • Reducen la huella de residuos orgánicos ya que estos pueden gestionarse dentro de un ciclo cerrado de compostaje. Damos un nuevo uso a los desechos orgánicos urbanos y contribuimos de ese modo al cuidado del medio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La visión social: independencia alimentaria y sociedad sana

Un banco de alimentos siempre abierto

Los huertos urbanos son un arma contra el hambre. Cómo antes hemos comentado, diferentes organizaciones gubernamentales están haciendo los deberes y ponen a disposición de las administraciones herramientas y equipamientos para llevar a cabo esta mejora social.

Aquí tienes un ejemplo de una acción de la FAO para crear huertos urbanos.

Mente, cuerpo y alma: equilibrio psicológico

Si todo lo anterior no te vale o es suficiente, alucina si nos centramos en la psique y los beneficios para la salud…

  • Reducción del estrés, ya que como actividad de ocio ayuda a relajarse y segregar todo eso que hace que la vida sea bonita, mejorando el bienestar mental.
  • Mejora e incremento de la actividad física.
  • Es un entorno terapéutico perfecto para trabajar con personas enfermas, discapacitados y tercera edad donde encontrar una mejora en su estado físico y mental.
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La comunidad también pueden participar: centro social del barrio

Por fin llegamos a la parte que más nos encanta, las relaciones sociales. Voy a ser breve pues se puede ir de las manos la de cosas que grupos de huerteros han organizado en un huerto urbano, pero las líneas generales son un gran atractivo:

  • Los huertos urbanos hacen piña, hacen que la gente se una y se ayude. Fomenta las relaciones sociales saludables del tipo «te ayudo- me ayudas» creando lazos de respeto y familiaridad con vecinos sin lazos sanguíneos.
  • De puertas adentro, es una actividad de ocio familiar bastante top, ya que aúna educación y compartir tareas que lleva a la familia a un estado perfecto.
  • Favorece la integración social de una parte de la sociedad olvidad: tercera edad que trasmite sus conocimientos y se siente parte de la comunidad; o personas en riesgo de exclusión social que mejoran su autoestima y recuperan sus relaciones sociales llegando a insertarse en el mercado laboral.
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  • Los huertos urbanos son educación y relaciones sociales, pero también son cultura. Son centros neurálgicos de la comunidad donde se acaban organizando eventos sociales para celebrar el trabajo realizado. Una fiesta.

La visión desde la escuela: Huertos escolares

Los huertos escolares enseñan a comer

Animar a los niños y niñas a cultivar sus propias hortalizas es una buena manera de que se familiaricen con ellas y aprendan a valorarlas. De este modo, los huertos escolares pueden ayudarnos a fomentar una alimentación variada y equilibrada.

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Ayudan a comprender mejor lo que viene en los libros

Además, un huerto resulta muy útil como complemento al trabajo en el aula. Puede servirnos como apoyo al estudio de las ciencias naturales o las matemáticas.

Desarrollan habilidades motrices

Cultivar hortalizas requiere usar las manos para remover la tierra, así como utilizar instrumentos: desde palas o rastrillos a regaderas o tablas de sujeción para que una planta crezca enderezada. Es, por tanto, un modo de que los más pequeños trabajen la motricidad fina mientras realizan una actividad educativa también a otros niveles.

Los huertos escolares promueven el trabajo en equipo

Hay tantas labores que hacer en un huerto urbano que es necesario ponerse de acuerdo y organizarse antes de llevarlas a cabo. Los niños y niñas tienen que aprender a realizar estas labores de trabajo en equipo para organizarse con los compañeros y los profesores.

Permiten trabajar juntos a niños y niñas de distintas edades

Los huertos escolares ofrecen muchas posibilidades, tanto en el tipo de cultivos como en la dificultad de las tareas a realizar. Y permiten, además, que niños y niñas de distintas edades interactúen entre sí y participen simultáneamente en su cuidado, adaptándose a las labores apropiadas para su edad.

Inculcan el valor del esfuerzo

Si alguna vez has cuidado plantas, habrás comprobado la satisfacción de ver cómo tras semanas de dedicación aparecen las flores. Pues con los huertos escolares ocurre lo mismo: ¡pueden producir muchas alegrías!  Además, permiten inculcar la idea de que para obtener resultados es necesario mucho esfuerzo, pero también que el trabajo tiene su recompensa. Comer un tomate lleno de sabor y cultivado por uno mismo es una de ellas.

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Actividades al aire libre

Los huertos escolares ofrecen una estupenda alternativa para realizar actividades al aire libre.  Un espacio para el aprendizaje perfecto con beneficios físicos y emocionales.

Ideas para hacer con niños en el huerto

Así es el campo, el huerto y la granja… Una serie de recuerdos que nadie debería privar de conocer a sus hijos. Ahí tenéis una lista de actividades para que los nuevos granjeros podáis disfrutar con vuestros nenes.

  1. Preparar macetas y semilleros para plantar con tierra.
  2. Semillar tomates, pimientos y pepinos.
  3. Plantar semillas de judías o melones directamente en el suelo.
  4. Plantar bulbos de ajos y cebollas.
  5. Trasplantar fresas a macetas.
  6. Plantar caléndula y capuchinas entre los bancales de plantación.
  7. Regar a diario con regadera.
  8. Trasplantar plantones de hortalizas al bancal para que crezcan.
  9. Recolectar a diario frutas y verduras.
  10. Poner palos como tutor de tomates, pepinos y judías.
  11. Hacer cajas nido para pájaros.
  12. Hacer hoteles de insectos para defender de las plagas.
  13. Plantar flores silvestres para atraer polinizadores.
  14. Polinizar a mano las flores del calabacín y pepinos.
  15. Pintar neumáticos y plantar patatas dentro.
  16. Cría lombrices en macetas para usarlas para hacer vermicompost.
  17. Da de comer a diario a las gallinas.
  18. Coge huevos cada dos días.
  19. Saca a pasear a las gallinas.
  20. Planta un huerto medicinal con romero, tomillo y orégano.
  21. Crear un rincón escondido para jugar.
  22. Haz conservas de tomate.
  23. Recoge calabazas y guárdalas para Halloween.
  24. Seca plantas aromáticas y medicinales para especias e infusiones.
  25. Cultivad setas en balas de paja o troncos.
  26. Haz mermelada con moras y frambuesas.
  27. Planta manzanos para hacer tarta.
  28. Alimenta a pájaros silvestres.
  29. Haz una pila de maderas y troncos para albergar roedores e insectos.
  30. Recoge las flores silvestres para hacer ramos para casa.

Siempre verde amigos…

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Imágenes extraídas de: Pexels

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